lunes, 1 de julio de 2013

ENTRE CEPILLOS Y FREGONAS, ... RODILLOS Y BROCHAS, ....


Las necesarias “Martas” en las Parroquias

Esta mañana, tomando un café después de celebrar la Eucaristía, como todas las mañanas, en las Hermanas Concepcionistas, me dice un feligrés que hace tiempo que no escribo en el blog de la Parroquia, y la verdad es que tengo que darle la razón. Y no es por falta de cosas que nos ocurren y que se pueden contar y releer desde el evangelio en medio de la vida de cada día.


Salgo dándole la razón y prometiéndole que escribiría pronto y me encuentro con las puertas del templo parroquial abiertas de par en par, … pero, “¿qué ocurre de extraordinario esta mañana de lunes?”, … con lo poco que a algunos les gusta este día de la semana. Me acerco a ver qué pasa y me encuentro con un grupo de mujeres voluntarias de la parroquia que estaban terminando de limpiar todo el templo parroquial y lo han hecho hoy porque la semana pasada, con los entierros que hemos tenido y la boda del sábado, no habían podido realizarlo. Quedaron en hacer las labores de limpieza el lunes a las siete y media de la mañana, …. con la fresquita, … que por las tardes ya aprieta el calor más de la cuenta. Las saludé y me quedé un rato con ellas, pero las dejé terminando sus labores porque a mí y a otra persona nos esperaba el rodillo y la brocha para ir limpiando y adecentando las salas de catequesis, y la casa de la Iglesia, de cara a tenerlo todo listo para el curso que viene.

¡ Qué bien se trabaja con alegría y con los demás! ¡ Qué bueno es decir aquello de “a mí no se me caen los anillos por barrer y fregar y pintar y limpiar los cristales”! ¡ Qué buenos grupos de “Martas” tenemos en nuestras comunidades parroquiales! Y no olvidemos que estas “Martas” son, a la vez, también “Marías”, porque el “orat et laborat” no es sólo de trapenses, es también de la gente de a pié de nuestras parroquias.

Creo que somos unos afortunados por el gran grupo de voluntarios que realizan infinidad de tareas y labores serviciales en la Iglesia. Ellas son la Chispa de la Vida en nuestras parroquias. Hoy me he parado en las voluntarias de la limpieza y el decoro del templo, …. pero habrá que saber pararse y agradecer el servicio de catequistas, voluntarios de Cáritas, pastoral de la salud y ministros extraordinarios de la comunión, personas que abren y cierran el templo a su hora, encargados de liturgia y del canto, grupo de jóvenes,  …. y tantos y tantos más, …. y a cualquier hora, …. y contentos y felices porque sirven, porque hacen algo por los demás, porque gastan su tiempo, esfuerzos y dinero, para que todos podamos sentirnos comunidad y hermanos, ….


Qué cerca tenía la primera lección del recién estrenado mes de julio. Y encima son personas sencillísimas y buenas de verdad; las que no se preocupan de vacaciones en verano y que sea un mes, no menos, …. ni buscan sustitutos para realizar las tareas de sus casas cuando están en otras labores eclesiales, porque saben que al llegar les toca seguir con el mandil y posiblemente la fregona; …. Y no se quejan, … a pesar de que también viven el cansancio de cada día, …. A mí me cuestionan en mi ministerio, y me hacen pensar en el día de hoy, … porqué nos quejamos tanto los curas, que parece que se nos va la vida en tener días de vacaciones o uno libre a la semana por lo menos, …. Me cuestionan en la disponibilidad y en las tareas “mas cotidianas”, como la limpieza, por las veces que nos quejamos de que no tenemos tiempo y ciertas tareas que las hagan los demás porque queremos buscar y tener cargos importantes y nombramientos de abolengo, … me cuestionan en la sencillez y la alegría derrochada en estas labores, … y estoy cada día más convencido de que, una de las razones de la falta de vocaciones al sacerdocio, es que los curas no somos capaces de transmitir alegría en nuestras vidas y cada día somos menos sencillos; ….

Y quiero rezar a Dios Padre dándole las gracias por estos grupos de personas que Él ha puesto en mi ministerio. “Las últimas” como decía cariñosamente nuestra Marí, la de Avelina, en Jerez de los Caballeros; o la sencilla llamada en la calle que realizaban las santas mujeres de Magacela y allí estaban con los cepillos y las fregonas; … y estas voluntarias que quedan a las siete y media de la mañana para trabajar mejor y más a gusto. Son un verdadero regalo, …

Así, de esta forma, me fui muy contento hasta la casa de la Iglesia, y con ganas, pillé el rodillo y la pintura, … y a trabajar con alegría, … que la lección ya me la habían dado bien temprano, ….