sábado, 9 de abril de 2011

UNA CONVIVENCIA INOLVIDABLE, ... ¡QUE SUERTE!

¿ Cómo describir la jornada de hoy? Con muchas palabras y todas desde una lectura positiva y alegre de la vida. Es lo que hemos podido comprobar y vivir las comunidades parroquiales de nuestro arciprestazgo en la cercana localidad de Entrerríos. Este pueblo se ha llenado de la vitalidad y el colorido de más de trescientos niños que se encuentran en los procesos de infancia para prepararse al sacramento de la Eucaristía, acompañados de sus catequistas y de los sacerdotes de las parroquias.

¡ Qué bonito día!, y además soleado. Con ellos hemos viajado, jugado, reído, saltado, bailado, … y hasta hemos rezado. Y nos han sorprendido con su espontaneidad en las actuaciones que habían preparado para el festival de las parroquias.

Mirando todo este día, con un cierto cansancio en el cuerpo, no puedo menos que dar gracias al Padre por el regalo de esta convivencia, … la cuarta que realizamos todas las parroquias juntas.

Con razón en el evangelio aparece Jesús rodeado de niños a los que bendecía, y aquel que no se hace como niño no comprende el Reino de Dios. Hay que dar gracias por la naturalidad de estos “peques”, por su sonrisa constante y las ganas de pasarlo bien. Y lo bueno de todo es que la contagian sin querer, … “ellos son así”.

Pero también quiero dar gracias al Padre por la constancia y el buen hacer de sus catequistas. Ellos son los otros grandes protagonistas de esta historia. Su trabajo ilusionado, la gratuidad en la enseñanza del evangelio en medio de la vida, el acompañamiento que les prestan y dedican, las tardes a la semana en las salas de catequesis con ellos, la presencia en la eucaristía de los domingos con toda la comunidad, … y todo sin pedir nada a cambio. Los conocen perfectamente, los quieren de verdad y se dejan sorprender por ellos. Dejan sus casas, sus hijos y familias en sábado, se cargan las pilas para un día ajetreado, … y a seguir con ellos un día más. Los catequistas, en cualquiera de los procesos de catequesis, son un auténtico regalo del Espíritu para nuestras comunidades parroquiales.

Y dar las gracias a los padres por la confianza que depositan en nosotros. Ellos son los terceros protagonistas de toda esta historia. Confían en la parroquia y están seguros que las acciones o actividades con sus hijos se realizan desde el máximo respeto a los mismos. Saben que sólo nos mueve la esperanza de que conecten en sus vidas, y a su nivel, con el mensaje y la vida de este buen hombre llamado Jesús de Nazaret, y poder seguir creciendo y madurando con valores que les hagan ser personas buenas y buenos cristianos.

De verdad, … el día de hoy ha sido para enmarcar en la vida parroquial. Y nos ayuda a “ponernos las pilas” para seguir ilusionados en esta gran tarea. Debe ayudarnos su ejemplo, … ¿ alguien da más aunque sólo sea por una sonrisa?.

Las fotos de la convivencia podéis verlas en el album de la vida parroquial. Aún os sorprenderéis más.