viernes, 15 de febrero de 2013

SIN HACER KILÓMETROS, PERO SIN PARAR


¡Qué jornada más intensa la de hoy! Todos los días tienen sus cosas, la mayoría bien programadas y después están las que surgen, sin esperar, en la vida parroquial y pastoral.

Comenzaba el día, después de rezar laudes, caminando hacia las Religiosas Concepcionistas para celebrar la Eucaristía. Este espacio siempre me aporta paz y, aunque temprano, es la eucaristía que se celebra con más sosiego y tranquilidad. Siempre digo que es un lujo y un regalo que el Padre me ha dado en esta etapa de mi vida.

 Y me marchaba a preparar todo lo necesario para la reunión con mis compañeros sacerdotes del arciprestazgo porque hoy tocaba en la casa de iglesia de la Parroquia de la Asunción. Y qué bien sienta, en la acogida de los hermanos, sentarse con ellos, tomarse un cafecito o un zumo con sus respectivos dulces y alguna que otra golosina. No es que yo lo haga mejor que nadie, … lo hacemos todos los compañeros siempre que acogemos a los demás en la reunión mensual del equipo arciprestal.

Pero este café me lo tuve que tomar sin ellos porque despedíamos cristianamente en la Parroquia a nuestra hermana Lorenza. Una mujer fuerte, dulce en el trato con los demás, y cercana en su Parroquia. Reconozco que a mí me apreciaba de verdad y encima la veía con asiduidad, no sólo en la Parroquia, sino el su calle porque era vecina de nuestra casa de la Iglesia. Rezábamos por ella creyendo en la vida que no termina y que Dios Padre da a sus hijos, desde la Palabra de Dios y la misma oración de toda la Iglesia; además de orar por sus hijos, nietos y hermanos, acordándonos especialmente de su esposo al que hacía también hoy dos años que marchaba hacia la casa del Padre.

 Me incorporé a la reunión agradeciendo la presencia de Manuel Ruíz, vicario episcopal de nuestra diócesis, que nos hablaba de los archivos diocesanos y de los libros parroquiales. Y agradecí su presencia porque hacía tiempo que no hablaba con él y lo saludaba, recordando cuando viajábamos casi juntos a las reuniones de arciprestes cuando me encontraba en Jerez de los Caballeros.

 Al marcharse Manuel, porque tenía retiro de cuaresma en su arciprestazgo, nosotros iniciábamos nuestra oración en grupo. Muy sencilla pero muy participativa. Ayudados por el salmo “Me sedujiste Señor”, y la palabra del evangelio “ éste es el Cordero de Dios” hemos puesto encima de la mesa la primera llamada que recordábamos que Dios nos realizó para invitarnos a ser sacerdotes. Es curioso, cuando se ora así, con paz y tranquilidad, salen nombres de personas, de compañeros, de momentos que en nuestra vida son irrepetibles e inolvidables, momentos de debilidad de los que Dios se ha servido, …. La primera llamada, la ilusión y la formación por delante, tus amigos y compañeros de Seminario, … y la misión como futuro de vida y como reto ministerial.

 Seguimos trabajando la carta que D. Santiago nos envió a los sacerdotes como otro espacio necesario en la reunión para formarnos y compartir; ya hemos programado y coordinado todas las celebraciones comunitarias del sacramento del perdón en nuestras parroquias para ayudarnos entre todos; y programamos los primeros pasos para el encuentro diocesano de jóvenes a celebrar el día 16 de marzo.

 Y, desde aquí, casi a las tres de la tarde, compartíamos la comida en un ambiente acogedor y alegre, … sin hacer quinielas sobre el futuro Papa, aunque alguna broma si salió, desde el máximo respeto, …

A las cinco de la tarde iniciábamos la reunión del Consejo Arciprestal de Pastoral con el tema de fondo de los primeros pasos en la fe. Un diálogo rico y con algunas propuestas concretas para trabajarlas en las comunidades parroquiales. Y a las seis y media tenía la reunión con el grupo de jóvenes de iniciación a la JEC dando los primeros pasos en la herramienta de la revisión de Vida. Estos chavales son participativos, son alegres, … y te atropellan porque no se callan. Son unos cracs. Y de ahí, a la misa de la tarde con la comunidad parroquial y a tranquilizarme un poco y rezar al Padre dando gracias por todo lo recibido en el día de hoy.  ¡ Qué día!, … hoy duermo del tirón, seguro.