Con mucha ilusión, con las pilas cargadas, y con altas dosis de fe,
arrancábamos ayer a las cinco de la madrugada camino de Madrid para tomar el
vuelo regular de la compañía EL AL con destino a Tel Aviv que salió puntual a
las doce y media del medio día.
Llegamos a Tel Aviv a las 18,30 horas en el horario israelita, que es
una hora más que la española, aunque la diferencia solar es grande. Aquí a las
cinco y media de la tarde, en este mes de febrero, es noche. Y nos desplazamos
al Hotel en la ciudad de Tiberiades, al que llegamos dos horas después. Nos
acompaña de guía Margarit, israelita que vive en Haifa. Después de cenar y no
muy tarde nos marchamos a descansar.
Y hoy, muy temprano, a las seis y media de la mañana sonaba el despertador.
Nos encontramos en Galilea ( llamado también desde la antigüedad como Región).
Importante por su agricultura. Es una una zona fértil y muy rica, aunque la
explotación de la tierra se hace de forma muy mecanizada y tecnológica.
Salimos en el autobús a las 8,00 hora local para dirigirnos a la
ciudad de Cesarea del Mar, donde visitamos las ruinas de una residencia del rey
Herodes, lugar que él tenía para retirarse y vivir cómodamente. Llegó a ser una
población importante con la conquista de la tierra por el emperador Pompeyo en
el año 63 a. C. Era un grandísimo puerto romano y disponía de Circo y teatro
romano. Poseía una importante vida por tener una gran población romana de
soldados, mercaderes, la residencia del rey Herodes, …. Los judíos no
participaban en ninguna de las actividades romanas. En esta Cesarea vivía
Cornelio ( centurión romano) que se encuentra con Pedro al que invita a su casa,
convirtiéndose él y toda su familia. Nos comentaron todo lo que suponía la
famosa Monarquía Herodiana bajo la presión y conquista del imperio romano. En
el año 66 d.C, se inicia una gran revuelta contra Roma en esta región de
Galilea, llegando rápidamente al sur, a Jerusalén, terminando en el año 70 d.C.,
fecha de la destrucción definitiva del templo de Jerusalén, y terminando la
revuelta en Massala con los judíos derrotados y comienza la época de los judios
diáspora. En el año 58 d. C. también pasa por este lugar S. Pablo; y de aquí es
llevado a Roma para ser juzgado, apelando a su condición romana.
Llegamos al MONTE CARMELO ( en Hebreo “viña de Dios”) para recordar al
gran Elías, y recordamos 1ª Reyes, 18,1. El lucha contra los 450 profetas
falsos representando toda la corriente del balaísmo ( paganismo). Defiende la
religión monoteísta y tras la derrota de los baales, llega un agua en la nube
que riega los campos. La orden carmelita es fundada inicialmente ( 1250 aprox.)
por algunos cruzados derrotados para emular la vida de Elías. Ellos, al ser
derrotados se quedan y no vuelven a Europa. Así a María en el monmte Carmelo se
la conoce como la “Stela Maris”, la estrella de los mares.
Visitamos Haifa, que en hebreo significa playa bonita. Sus playas son
de una gran belleza bordeadas a menos de cien metros por la carretera de subida
hasta el Monte Carmelo. Haifa es una ciudad de 350.000 habitantes y es la
tercera ciudad de Israel. Aquí está el mayor puerto del país. Tiene un gran
puerto militar y civil. Y por lo tanto es la central de los trenes. Una ciudad
industrializada: metalurgia, astilleros, la refinería del petróleo comprado en
crudo a Egipto casi el 90% de su importación desde el acuerdo de paz firmado
con Egipto, grandes silos de almacenaje del cereal, y toda la industria pesada.
Nos desplazamos hasta Nazareth, ( auténtico caos en la circulación
cuando llegamos al mediodía – los coches saltan las medianas y circulan por
direcciones prohibidas – a lo bestia, y lo que nos reímos - ) para comer en un
lugar conocido con el nombre de “ la
fontana di María”. Tras comer visitamos la basílica de la casa de la Virgen,
lugar de la Anunciación en la que hemos celebrado la Eucaristía. Una pura y
auténtica preciosidad. Está custodiada por los franciscanos que se encuentran
en tierra santa. Y la visita guiada por la casa natal de María en la
Anunciación; la casa y el taller de san José, lugar donde vivió Jesús, … y un
recorrido por las calles de esta ciudad de Nazareth.
Como situación curiosa, nos acercamos a una fábrica de diamantes; y a
mí, si soy elegido Papa me regala una feligresa uno para el anillo pontifical.
Hay un problemilla: el que les gustó cuesta más de cincuenta mil euros,… ahí es
nada, … ¡ qué suerte va a tener porque no seré el elegido!, …. De momento,
jajajaja, ….