La celebración de
¿ Cómo queda la realidad
de aquella primera comunidad cristiana? Como los que, en un momento determinado
“han de dejar el nido” para adentrarse en la historia de los hombres siendo
testigos privilegiados de lo que han visto, han oído, han experimentado y han
orado, junto al Señor y entre ellos. Han de ser testigos de una Buena Noticia,
la del Evangelio, por todo el mundo. El mismo Jesucristo les da la respuesta:
Vayan y hagan discípulos bautizándolos en el nombre del Padre…
Y como signo de la
madurez de la Iglesia ,
la madurez de los testigos, lo celebramos hoy en la vida sencilla y callada de
nuestra hermana María Luisa. Ella es un signo de esta generosidad en la vida de
los testigos del Reino, que sin importar más ganancias que a Jesucristo,
experiencia de Dios en la vida, consagraron a Dios y a la Iglesia (por lo tanto a
nuestro mundo) sus vidas. Y hoy celebramos con ella, con su Comunidad, con su
familia, con toda la Iglesia ,
sus cincuenta años de vida consagrada contemplativa en la Orden la de Inmaculada
Concepción de la Virgen María.
Abrió sus ojos a la vida
en el pueblo de Campanario y en el corazón de una familia cristiana. Vivió su
primera comunidad numerosa en el propio hogar, con sus padres y sus cinco
hermanos. Y sintió muy joven la llamada del Señor a seguirle de otra forma, …
ni mejor ni más meritoria que otras, … sencillamente había que responder.
Comenzaron sus primeros pasos de vida religiosa en Cabeza del Buey, hasta que
realizó su noviciado en este Convento de Villanueva de la Serena donde profesó
solemnemente su vida consagrada. Ha estado en los conventos de Valencia del
Ventoso, de Sevilla, … pero prácticamente la totalidad de su vida consagrada la
ha vivido y la sigue viviendo en este Convento de la Inmaculada Concepción.
“Sólo amar es mi
ejercicio”, … bonito lema que escuchó el día de su profesión solemne y que le
ha llevado hasta hoy. Los que la conocemos, los que la queremos, sabemos que
este lema intenta hacerlo realidad y vida, desde la misma debilidad, entre sus
hermanas y su comunidad. La Hermana María
Luisa es una mujer alegre, con una sonrisa casi permanente en su cara; es una
mujer feliz por ser religiosa contemplativa; es profundamente familiar con su
comunidad y con todos nosotros, … aprendió bien en una familia muy numerosa; y
ella sabe mejor que nadie que la vida religiosa es significativa e importante
no como fuga de este mundo y de esta historia (del mundo y de la historia no se
huye), sino como fermento y empuje dentro de la misma historia, con momentos
más claros y otros más oscuros, pero queriendo ser sal y luz, levadura del
Reino, en nuestros días. Ella, junto a sus hermanas de comunidad, viven ese
amor apasionado por Jesucristo y por la humanidad, para ahondar en la
experiencia de Dios, como experiencia fundamental en su misma vida.
Querida hermana María
Luisa, la vida contemplativa tiene al Señor como centro, y siempre nos
sorprende. Deseamos amar cada día más al Amor con mayúscula que se fija y acoge
la debilidad y la fragilidad, la sencillez del convento, el silencio orante y
la escucha atenta, el trabajo cotidiano, la oración permanente, la dedicación a
las demás, la vida comunitaria,… el vaso frágil para que recibir la gracia del
Padre y ser testigos de la fe y de la fecundidad del Reino de Dios en nuestra
historia cotidiana.
Por todo esto, querida
hermana, muchas felicidades, … muchas bendiciones del Señor en este día de la Ascensión para tu vida y
para esta querida comunidad. Pide al Padre lo que más necesites, … y pídele por
la vida consagrada. Hoy la vemos, y queremos mirarla de otra forma, … no sois
personas ocultas en murallas ni en fortalezas infranqueables; … hoy sois
reflejo de un Dios peregrino que nos ama en pequeñas tiendas de campaña, pero
que nos quiere fieles a los carismas propios y a plantarlos en el humus, en la
tierra fértil, de este mundo, para que crezcan, inviten, sean fructíferos, y
engendren nuevas vidas consagradas para la misión del evangelio.
En ti sabemos que la
vida contemplativa es signo de Dios, fruto del encuentro con Él y con los
demás, … y búsqueda permanente de felicidad en Dios y en tus hermanas. Que el
Espíritu Santo, que crea, recrea, transforma y hace nuevas todas las cosas siga
siendo el gran impulsor de tu vida y de las nuestras, para ser fieles al Padre,
y siempre al servicio de este Pueblo de Dios y de los hombres.
Gracias por tu vida, por
tu respuesta y por tu entrega permanente. Que la Madre santa Beatriz de
Silva, siga acompañando tus pasos, e intercediendo por vosotras para ser
respuesta generosa y agradecida a los planes de Dios en nuestros días.