martes, 17 de marzo de 2020


¡LA HORA DEL ÁNGELUS!

Mis queridos feligreses y amigos:
¿Cómo estáis? Os deseo mucha paz y aprovechando estos días para poder dedicarnos un tiempo en profundidad a nosotros mismos. Muchas veces trabajamos bajo presión y decimos que no tenemos el tiempo que nos gustaría tener. Estos días nos dan la oportunidad, es verdad que obligada aunque ejercida de forma solidaria y responsable, de pararnos y hacer cosas que no hacemos y estar con los más cercanos, aunque algunos, como yo, lo hagamos por teléfono o por las redes sociales.

Nos piden desde la Conferencia Episcopal que todos los días, a la hora del Ángelus, a las doce del medio día, suenen las campanas de los templos para invitar a orar a quienes permanecen en casa y hacer llegar, a quienes sirven y trabajan, la ayuda del Señor y el agradecimiento de la Iglesia; animando a todos los cristianos a interceder ante la Madre de Dios, que nos ampara y escucha nuestra oración.

Los más jóvenes me habéis pedido por las redes sociales que os indique cómo se reza esta sencilla oración. Lo hago añadiendo lo que nos pide la Conferencia Episcopal y la oración a la Virgen del Papa Francisco.

Se comienza diciendo:
·        El Ángel del Señor anunció a María; y concibió por obra del Espíritu Santo. Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor ….
·        He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu Palabra. Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor ….
·        Y el Verbo se hizo carne; y habitó entre nosotros. Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor ….
Gloria al Padre, al Hijo, ….

Después añadimos las peticiones que nos sugieren o las personales de cada uno:

- Por los enfermos contagiados por el virus, por sus familiares, por quienes están en cuarentena y por otros enfermos que ven afectada su atención por la prioridad de atajar la pandemia. María, Madre, intercede por nosotros.
 - Por los trabajadores de todos los Centros y Servicios Sanitarios y todos los servicios públicos. María, Madre, intercede por nosotros.
 - Por los Equipos de Emergencias, por los de Protección Civil y por las Fuerzas de Seguridad del Estado. Por los Equipos de Pastoral de la Salud y por los voluntarios. María, Madre, intercede por nosotros.
 - Por las personas de riesgo: niños, mayores y enfermos crónicos. Por los padres, madres, abuelos y educadores. María, Madre, intercede por nosotros.
 - Por los que están viviendo esta situación de emergencia en soledad. Por quienes carecen de hogar o de lo imprescindible para vivir. María, Madre, intercede por nosotros.
- Por las diversas autoridades públicas. María, Madre, intercede por nosotros.
- Por los sacerdotes, los Monasterios de vida contemplativa y la vida consagrada, que con su oración y entrega siguen dando esperanza a todos los ciudadanos. María, Madre, intercede por nosotros.

Y, como conclusión del Ángelus, digamos juntos estos días y a esa hora la oración del Papa Francisco:

“Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe. Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba. Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección. Amén.

Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos en la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!

También es bueno no olvidar que estos días podemos dedicar un rato, de forma personal o en familia, a rezar el Rosario, por intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de Extremadura. Si siempre que necesitamos algo acudimos a la Madre con cuanta más razón en estos días.

¡Que el Señor os bendiga, os guarde y os conceda la paz!.

Un fuerte y simbólico abrazo, … nos acordamos unos de otros.