Hoy también sonó el despertador a las seis y media de la mañana,
aunque algunos nos hacemos los remolones hasta las siete. A las ocho en punto
dejábamos el hotel y el pueblo de Tiberiades con su significativo lago que nos
recibía anoche para hacer nuestra última oración en este lugar y quería
despedirnos para que, guiados, por la Galilea baja, poder llegar al monte
Tabor, o monte de la transfiguración. Por la carretera dejábamos también una
última mirada a la ciudad de Nazaret.
Llegamos a una explanada para subir después en los taxis hasta el
mismo monte. Toda una experiencia con estos taxistas, porque cómo corren por
estas subidas y las cientos de curvas de esta carretera. Gracias a que en la
visita de Pablo VI se les ocurrió hacer esta
carretera y dejar el pequeño caminito que ascendía hasta el Monte. Si no
es así, con ellos no sube en coche ni el tato, …
En su basílica hemos celebrado la Eucaristía en la bonita capilla
erigida en honor del gran profeta Elías. Tiene esta basílica unos ricos
mosaicos, especialmente el que corona el ábside de la misma: Jesús
transfigurado, Moisés y Elías y los tres apóstoles que acompañan: Pedro,
Santiago y Juan. En el exterior permanecen las ruinas de una iglesia de la
época de las cruzadas. Desde las alturas se contemplaba a lo lejos el pueblo de
Naím en el que Jesús revive al hijo de la viuda.
Al bajar del Tabor, pusimos rumbo hacia Jerusalén. Y comenzamos a
descender por la depresión del río Jordán. Dejamos la Galilea y entramos en la
zona de Samaría. Es grandísimo el esfuerzo y tecnología aplicada a estas
tierras que han convertido un desierto en un auténtico vergel, con un
aprovechamiento del agua, y unas zonas sembrada de miles de palmeras, y terrenos
para el cultivo: cereal, todo tipo de hortalizas, viñedos, … Algunos pueblos y
zonas quedan en los márgenes de la carretera como Jericó, que se encuentra en
medio de un precioso oasis, rico en cultivos y especialmente en frutas, viñas y
sobre todo palmeras de donde se extraen los dátiles y la miel de dátil. No
pudimos entrar en el pueblo porque este espacio pertenece a la autonomía
Palestina y en los últimos años no permiten la entrada de judíos. Este lugar es
conocido por el milagro del ciego del camino, o por Zaqueo y el famoso árbol al
que sube llamado sicómoro.. Y la zona de Samaría especialmente conocida por el
pozo de Siquém y el encuentro de Jesús con la Samaritana, o por la parábola del
buen samaritano. Ha sido todo un honor escuchar la sabiduría de Margarit,
nuestra guía sobre esta zona.
En la margen izquierda, mientras bajamos, nos encontramos con el
territorio fronterizo de Jordania. Y llegamos hasta las aguas del río Jordán, en
el lugar que llaman histórico; donde aconteció el bautismo de Jesús por Juan el
Bautista. A mí personalmente me ha gustado más este lugar que el habitual,
lleno de mercado y de comercio. Hemos renovado las promesas bautismales con la
profesión de la fe y el signo del agua del Jordán en nuestras cabezas. Todos la
recibieron, y yo también desde las manos de Berna, el más joven de la
expedición, …. Lo que se ha reído después de mí, diciendo que en caso de
necesidad, él, cómo laico bautizado, ha tomado profesión de fe y echado agua en
la cabeza de un sacerdote; … este muchacho promete, …
Marchamos a poca distancia hasta las ruinas del Qumrram, y ya estamos
en la zona de Judea. A este lugar llega y se ubica una comunidad llamada y
conocida como los esenios. Monjes que cumplían una misión concreta al estar en
desacuerdo con la forma de vida de las autoridades religiosas en Jerusalén, y
querían vivir de otra forma, más fieles a la ley. Este lugar es un auténtico
desierto, muy seco en el que llueve poco o casi nada y ellos mediante un
sistema de canales llevaban el agua que almacenaban de la poca lluvia caída en
los montes cercanos; y les servía para
el consumo propio entre el que forman parte las abluciones que realizaban siete
veces al día. Comunidad que desaparece con la dominación y revuelta romana a
partir del año 70 d. C. En su margen derecha se encuentran las aguas del Mar
Muerto. Aquí aparecieron los famosos papiros del Qumrram, hoy presentes en el
museo del libro de Jerusalén, entre los que se encuentra el libro del profeta
Isaías.
Y a la aguas del mar Muerto descendimos, a más de cuatrocientos metros
bajo el nivel del mar. Un tercio del contenido del mismo son minerales,
potasio, azufre, … y el resto es agua. Muy rico en medicina, especialmente de
la piel y en cosmética. Tuvimos la oportunidad de bañarnos, …de caernos dentro
de las aguas por la flotabilidad y el mismo fango, y de reírnos, ¡de reírnos y mucho!,… Y en este sitio desembocan las aguas del río
Jordán.
Y después de duchados, y tomarnos una cervecita ( carísima, … aunque
buena) pusimos el rumbo, la mente y el corazón hacia Jerusalén, … a la que
llegamos alrededor de las seis y cuarto de la tarde. Vistas desde el lugar en
el que Carlomagno maquinó el asalto a la ciudad y sede hoy de la universidad.
Jerusalén es la ciudad más importante de Israel y única, con mucho valor para
las tres grandes religiones: Judaísmo, Cristianismo e Islam. A Jerusalén
llegamos cantando “ Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta y allá
suben las tribus, las del Señor”. Es un honor estar aquí. Es un verdadero honor
haber escuchado la mejor y más bonita explicación sobre esta ciudad realizada
por nuestra guía Margarit. Nos ha tocado la vida y el corazón, y no ha ayudado
a rezar por la paz en este país. Jerusalén significa “ ciudad compacta” (
ciudad unida, o ciudad de la paz). Hemos rezado porque así sea y hemos brindado
con una copita de vino por ella. Y seguro que esta ciudad tocará la vida y el
corazón de cada uno de nosotros en algún lugar o espacio en el que Dios hablará
de verdad y con fuerza a nuestras vidas. Cada uno ha de encontrar el suyo; … yo
lo encontré el año pasado y espero encontrarlo de nuevo este año. ¡seguro que
sí!
Ya hemos entrado en la ciudad antigua, … en la preciosa torre de
David, una parte del palacio del Rey Herodes para asistir a un espectáculo de
luz y de sonido. Nos ha gustado mucho y ahora a descansar, … mañana será otro
gran día.