jueves, 19 de mayo de 2011

UNA CONVIVENCIA SACERDOTAL EN UNA BELLA JORNADA

Cuantos buenos momentos encierra un día de encuentro y de convivencia. Hoy lo hemos podido vivir y experimentar los sacerdotes de la Vicaría de la Serena y de la Campiña Sur. Hemos celebrado la tercera convivencia entre nosotros y tocaba vivirla en nuestro arciprestazgo de Villanueva de la Serena. Y mejor es cuando se vive y disfruta desde la espontaneidad y el sano encuentro entre nosotros. Estamos, en muchas ocasiones, agobiados por reuniones, celebraciones y acciones que tenemos que hacer, y ¡ qué sano es verse para compartir un día que nos saca de lo de siempre!.

Quedábamos en el pueblo de Magacela alrededor de las once de la mañana. Emprendíamos la subida por el casco antiguo hacia la fortaleza para empaparnos de su historia y de su belleza. En el recorrido nos acompañó Trini, una chica joven que disfruta enseñando lo estudiado y amado desde la cuna, porque le encanta hablar de su pueblo y ¡ lo bien que lo hace!. Para mí era un encuentro muy especial con mis raíces sacerdotales y poder saludar a la gente que he visto y que quiero de verdad. Magacela siempre abre los brazos por su sencillez y cariño, y a mí me sigue dando lo que no creo pueda devolver en la vida.

Recorrimos sus calles, paramos en la ermita de San Antonio, pisamos la tierra de los orígenes en el dolmen que alberga tanta historia, y rezamos en la Ermita a los pies de “la Señora de la Serena”, Nuestra Señora de los Remedios.

Desde este enclave marchamos hasta la Ermita de Nuestra Señora de la Antigua, en la población de la Haba. La ermita está situada en un bello paraje de encinares a la orilla del río Ortiga. Rezamos a la Madre y cantamos la salve, y nos dispusimos a dar buena cuenta de la comida que estaba preparada para seguir compartiendo la vida, la amistad, y la conversación entre todos.

¡ Qué rica estaba la caldereta preparada, desde la mañana, por Eduardo, un vecino de la Haba que nos brindó su sabiduría culinaria! Y dimos buena cuenta de ella. En el campo llovía con intensidad y en la sala en la que estábamos llovía la gracia del Padre que nos hacía disfrutar de todos los bienes compartidos.

Pero nuestro compañero Pepe Romero, que era quien nos acogía de verdad, nos sorprendió a la hora del café con la “rondalla” de este pueblo que nos amenizó la sobremesa con su música, sus cantos, y por supuesto, su simpatía. Buen rato para que los dulces fueran más dulces y el café compartido con ellos un apunte del cariño con el que nos acompañaron al finalizar este día.

Quiero, desde este blog, dar las gracias al Padre por todo lo compartido con mis hermanos y compañeros en este bello día, porque son muchas las sorpresas que nos depara el ministerio y, en esta Pascua, esta ha sido de las mejores. Doy las gracias porque nos hemos visto, hablado, reído, rezado y cantado juntos. Doy gracias por la enseñanza de Trini, la comida de Eduardo y la música de la rondalla. Pero especialmente porque los sacerdotes hemos estado juntos para animar nuestra vida y nuestro servicio en las parroquias en las que estamos y a las que queremos servir con fidelidad, desde nuestra propia debilidad. Al final uno dice que merece la pena porque no te sientes sólo y tenemos la gran familia de los hermanos en el ministerio porque tenemos que ayudarnos, en “las duras y en las maduras” que la vida nos ofrece. Y una enseñanza de hoy ha sido que necesitamos estos espacios para poder estar “desde la espontaneidad y la transparencia” con los demás, ingredientes necesarios para la amistad y poder seguir trabajando, compartiendo, programando y viviendo juntos. ¡Hoy no se puede pedir más! Que la Madre nos acompañe y anime en este mayo bastante loco por las inclemencias del tiempo y en “la bella locura” de la vocación sacerdotal.

Por cierto, un epitafio de este día lo tenía escrito un azulejo en una fachada de Magacela que reza de esta forma: " La vida se renueva tras el dintel gótico de la casa del tiempo". Y la felicidad se fortalece cuando cruzamos la puerta de esta historia cotidiana que tanto tiene que darnos y enseñarnos.