«Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. » ( Jn 20, 21).
Con la celebración solemne del día de Pentecostés, hemos terminado en la Iglesia la celebración del tiempo pascual. Aún nos quedan dos domingos muy significativos en los que celebraremos la Santísima Trinidad y el Corpus. El Espíritu nos lanza a la vida para vivir constantemente la presencia del Amor trinitario en la comunidad humana, y así ser trigo amasado en el horno de la vida, para partir y repartir el pan con sabor a pueblo encarnado.
Pero tras la Pascua nos queda leer nuestra historia diaria y parroquial para aceptar los signos del Resucitado. Él siempre está presente entre nosotros desde su misma promesa: “ No tengáis miedo, yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo”.
Seguramente le hemos descubierto cuando hemos superado miedos y temores; habrá estado muy cerca en los momentos en los que todo se nubla pero sentimos la invitación a ser personas de esperanza; le hemos experimentado en nuestras celebraciones litúrgicas invitándonos a descubrirlo en nuestro camino particular hacia Emaús; ha brillado en la sonrisa y la alegría comunitaria en las celebraciones de las primeras comuniones y la confirmación de un buen número de chavales de nuestro pueblo; nos ha invitado a creer en Él como el que vive al despedir cristiana y cariñosamente a algunos miembros de nuestras familias y de nuestra comunidad parroquial; nos ha estado constantemente llamando a compartir su misión desde los grupos parroquiales; ha abierto la mesa transfigurada de las Pascua desde nuestra Cáritas parroquial en la cercanía con los más necesitados; nos ha convocado a pasar a un segundo plano al servir a los demás con las muestras propias de la gratuidad en nuestra parroquia; …. Y así sucesivamente. Tenemos que seguir leyendo la Pascua del Resucitado para aceptar la invitación del evangelio de Pentecostés, … “así también os envío yo”.
Y este envío brota especialmente en Pentecostés. Ayer celebrábamos el día del la acción católica y del apostolado seglar. Estos movimientos especializados, … por cierto, los movimientos de la Iglesia , … están inmersos en los ambientes siendo testigos del evangelio desde una lectura creyente de sus vidas laborales, estudiantiles, rurales, … para dar sabor de vida resucitada a esta realidad encarnando una lectura abierta, positiva, evangelizadora, … y que abre procesos en la vida de los militantes.
Aceptemos esta invitación de Jesús, pidamos los dones del Espíritu, … y vivamos la Pascua del Resucitado en nuestra vida y en nuestras realidades.