sábado, 18 de agosto de 2012

ALREDEDOR DE TU MESA CELEBRAMOS Y COMPARTIMOS

La Eucaristía ha de ser una experiencia vital y central de los que nos llamamos seguidores de Jesús, porque necesitamos alimentarnos de Él, llenarnos de su misma persona, interiorizar sus actitudes y sus valores, … sus razones para la vida y para “tener una vida abundante”. Este puede ser uno de los grandes secretos de la Eucaristía.
¿De qué nos alimentamos cada día? ¿Cuál es nuestra dieta? ¿A qué mesa nos sentamos, a la de la Sabiduría y a la de Jesús, o a la mesa de tantas y tantas preocupaciones inmediatas?

"Venid a comer mi pan y a beber el vino que he mezclado; dejad la inexperiencia y viviréis, seguid el camino de la prudencia,. nos dirá el libro de los Proverbios. La Sabiduría “ha preparado una mesa”. “Venid a compartir mi comida y a beber el vino que he mezclado”. El banquete de la sabiduría lleva tiempo, aprendizaje, dedicación y amor porque es el banquete de la vida y para la vida.
Existe el otro banquete, texto no proclamado, llamado Necedad y es el gozo presente, la inmediatez satisfecha, los sentidos acomplejados, probar su banquete lleva a la insatisfacción, y a sentirte completamente vacío.
Con frecuencia, personas aparentemente sensatas, incluidos todos nosotros, nos alimentamos de la comida que produce preocupaciones y ansiedades, egoísmo e intolerancia, odio y desesperación, es decir, la mesa de que nunca te levantas saciado y que siempre crea angustia en la vida.
Y, nosotros, reunidos en este lugar, celebrando la misma Eucaristía, formamos el pueblo de Dios y compartimos los dones que Dios nos da para el viaje de la vida.
Nosotros necesitamos amor verdadero y hermanos verdaderos con los que reír, con los que vivir las tristezas, con los que rezar y vivir la fiesta …Podemos tener lo mejor de todo lo que existe pero si no nos sabemos amados por Dios y los hermanos nos falta mucho para entender la vida cristiana.
Los primeros cristianos decían "no podemos vivir sin celebrar el día del Señor".
Cuando celebramos el día del Señor y compartimos su mesa nos comprometemos a:
§         Mejorar nuestras vidas, que siempre necesitan de Dios y de los demás.
§         Crear unidad, como un auténtico signo de fraternidad y esta en medio de las diferencias de cada uno.
§         Compartir nuestro pan y estar dispuestos a ser pan que se comparte con los que nos rodean.
§         Amar a los hermanos, a pesar de que nos cuesta amar a los demás tal y como son.
§         Luchar por la justicia y la paz, tan necesaria hoy entre nosotros.
§         Abrir nuestros corazones a todo lo que es bueno, parta de la vida cristiana o de los que profesan otro credo o no tienen fe.
§         Ser fieles a esta mesa, la mesa del Señor, …. es el lugar del reconocimiento y de la celebración de la misma Vida.