Estos días de oración y celebración comunitaria en torno a la Virgen María nos llevan al remanso de la misma vida, y así poder decir como Pedro en el Monte Tabor, “qué bien se está aquí”. Lo cotidiano, lo sencillo de cada día nos da paz, … nos da tranquilidad para escuchar la Palabra y celebrar la fe con nuestra comunidad.
Y nos ayudamos de la presencia materna de Nuestra Señora de Guadalupe, … ella es la mujer oyente y orante de la Palabra , porque confió profundamente en que esta misma Palabra-Promesa del Padre se cumpliría; … porque la llevó en su interior para entregarla gratuitamente a este mundo necesitado de vida; … porque la acompañó en el sendero de la vida; … y porque nunca desconfió de Él, … es más, siempre estuvo a su lado.
Juan, 5, 24b-34: del dolor, la enfermedad y el anonimato a la alegría de la fe.
- Jesús va seguido de una gran multitud que han visto en Él signos sorprendentes y una forma de entender y presentar la Enseñanza muy diferente a como lo hacían los maestros de la ley. Jesús quiere el encuentro con los hombres de su tiempo; quiere encontrarse con las necesidades, carencias, ilusiones y proyectos de los demás, porque tienen que llenarse de los valores y de las actitudes del Reino.
- Y entre la multitud aparece con fuerza, desde el relato evangélico, una mujer anónima y muy enferma, tanto que no le quedan muchas posibilidades de curación ya que se ha gastado todos sus bienes, y encima se encuentra peor.
- Pero el evangelio parte de lo pequeño, … de lo anónimo, … de lo que aparentemente no tiene valor, … de lo desapercibido, … de lo doloroso y costoso, …¡ qué difícil es llevar muchas veces palabras de consuelo a la persona que sufre una dura enfermedad!, ¡ qué trabajo cuesta animar la vida de los que buscando estar mejor se encuentran peor, y creen que sus esfuerzos han sido en vano! ¡ cuanta preocupación en las vidas de los que acompañan a familiares o amigos que pasan por malos momentos!
- Y en medio de la aparente debilidad, brota la fuerza de llegar hasta Jesús y querer tocar al menos el borde de su manto, con la fe de que con este pequeño gesto quedaría sana, … y cuántos pequeños signos en la vida diaria nos ayudan a acercarnos y a tocar al mismo Señor, … a pesar de lo masificado de la misma vida, … a pesar de las prisas por no perder el sitio en la carrera diaria, … signos insignificantes que hacemos casi a diario, … una palabra bien dicha a quien la necesita; un gesto de cercanía con el vecino; un saludo cargado de amabilidad; una alegría compartida con la familia o con los conocidos, … y también signos que no son tan insignificantes, … un gesto de perdón ofrecido o recibido; compartir con quien te lo pide y sabes que lo necesita; ofrecerte gratuitamente para servir o ayudar a los demás; ….
- Esta mujer nos habla de la fuerza de la fe, … del deseo de encontrarse con este Señor que para ella, igual que para nosotros, es salud, … y mucha salud en medio de las heridas y necesidades de esta vida, a pesar de que muchos hasta reprochen esta fe o esta forma de vida, … o no lo entiendan o no quieran comprenderlo, … porque curiosamente son los signos pequeños los que nos hablan de un Reino de Dios encarnado en esta historia de cada día, …. “ ves como te apretuja la gente y preguntas quien ha sido”.
- Pero Jesús conoce el porqué de los hechos, y sabe lo que ha ocurrido, … Hija, grande es tu fe, … vete en paz y curada de tu enfermedad, … El Dios de Jesús es un Dios que libera, que devuelve a la vida diaria con cara de resucitados, con cara de esperanza, … porque el encuentro con Él merece la pena y muchas veces cambia nuestra forma de mirar y de valorar la misma vida, …
- Acudamos a la Virgen María , a nuestra Señora de Guadalupe, … a ella, que recibe tantas y tantas oraciones de salud para la vida, … de salud para las relaciones humanas, … de salud para los campos y el tiempo, … de salud para la misma Iglesia y nuestro compromiso cristiano, … pero acudamos para que fortalezca nuestra fe y anime nuestra esperanza en el deseo de conseguir cuanto pedimos por el simple hecho de querer tocar con nuestras manos el borde del manto del Señor en nuestra vida diaria y seguirle gozosamente en lo cotidiano y en lo que aparentemente carece de identidad y pasa por el anonimato.
- Que ella, Madre de Guadalupe, nos lleve a la alegría de la fe incluso en las dificultades de nuestra vida, …