Esta página del evangelio de san Marcos, proclamada este domingo, nos ayuda a centrar la atención en la realidad interior de la persona y en el centro de la vida cristiana en todas sus manifestaciones. Se suele decir que “donde está tu tesoro, ahí está tu corazón” y Jesús advierte a los suyos que, en muchas ocasiones, y en muchas tradiciones el corazón está muy lejos de Dios.
Hablamos de tradición en la Iglesia , … y que la fe nos ha llegado en la rica tradición de la misma, con sus costumbres, normas, celebraciones, acciones pastorales concretas, enseñanzas, … y creemos que todo esto es bueno y está bien. Pero debemos atender a la advertencia de Jesús: “ su corazón está lejos de Dios y lo que se realiza son ritos vacíos”.
En esta realidad concreta que nos toca vivir debemos atender al ser y al hacer de la comunidad cristiana desde esta gran verdad: vivamos la tradición con el corazón fijo en Dios, y situándole a Él en el centro de la misma vida comunitaria, para no perder el norte y quedarnos en ritos vacíos. Nuestras celebraciones deben estar cargadas de vida, conscientes de cuanto celebramos desde la misma fe.
Y la misma celebración nos ha de llevar a la misma vida, y sacar del corazón de la persona la bondad que Dios desde el principio ya ha sembrado en nosotros. De esta forma viviremos el mandamiento de Dios, sin olvidarnos de él, y sin olvidar el compromiso al que nos llama nuestra fe, para vivir los valores y actitudes que brotan del Reino de Dios.
Del corazón del hombre, creyendo profundamente en la humanidad sembrada por la bondad de Dios en cada uno de nosotros, ha de salir el deseo de compartir la vida con los demás, la palabra bien dirigida, el perdón ofrecido sin condiciones, la solidaridad con quien lo necesita, la apertura a la fe, el respeto por cualquier persona, la fidelidad a los compromisos adquiridos, la coherencia, …. todo lo que nos compromete con los valores del evangelio, y ser testigos del amor de Dios en nuestra realidad concreta.
Acudamos a la Virgen , Nuestra Señora de Guadalupe, para vivir la coherencia profunda en cuanto celebramos desde la fe y nuestro compromiso en la vida cotidiana. Ella vivió siempre esta unidad en su persona como mujer orante, abierta a la Palabra , confiada en la promesa del Padre, y seguidora de su Hijo en la vida diaria.
Ella no olvidó nunca el mandamiento de Dios para aferrarse a la tradición de los hombres, …sino que descubrió a Dios en su vida y en la misma tradición de su pueblo, porque siempre confió en un Dios que cumple la Promesa , …
Que la Madre de Guadalupe nos ayude a descubrir la importancia de vivir y celebrar cristianamente nuestra fe, …