jueves, 6 de septiembre de 2012

NTRA. SRA. DE GUADALUPE - 7

Os dejo unas ideas importantes sobre el evangelio que se ha proclamado hoy en la Eucaristía tomadas del Padre Rainiero Cantalamessa.

Mateo, 15, 21 - 28: Dios escucha incluso ... cuando no escucha.

Si Jesús hubiera escuchado a la mujer cananea a la primera petición, sólo habría conseguido la liberación de la hija. Pero todo hubiera acabado en eso y al final madre e hija morirían sin dejar huella de sí.

Sin embargo, de este modo su fe creció, se purificó, hasta arrancar de Jesús ese grito final de entusiasmo: "Mujer, grande es tu fe; que te suceda como deseas". Desde aquel instante, constata el Evangelio, su hija quedó curada. Pero, ¿qué le sucedió durante su encuentro con Jesús?

Un milagro mucho más grande que el de la curación de la hija. Aquella mujer se convirtió en una "creyente", una de las primeras creyentes procedentes del paganismo. Una pionera de la fe cristiana.

¡Cuánto nos enseña esta sencilla historia evangélica! Una de las causas más profundas de sufrimiento para un creyente son las oraciones no escuchadas. Hemos rezado por algo durante semanas, meses y quizá años. Pero nada. Dios parecía sordo. La mujer Cananea se presenta siempre como maestra de perseverancia y oración.

Quien observara el comportamiento y las palabras que Jesús dirigió a aquella pobre mujer que sufría, podía pensar que se trataba de insensibilidad y dureza de corazón. ¿Cómo se puede tratar así a una madre afligida? Pero ahora sabemos lo que había en el corazón de Jesús y que le hacía actuar así.

Sufría al presentar sus rechazos, trepidaba ante el riesgo de que ella se cansara y desistiera. Sabía que la cuerda, si se estira demasiado, puede romperse. De hecho, para Dios también existe la incógnita de la libertad humana, que hace nacer en él la esperanza. Jesús esperó, por eso, al final, manifiesta tanta alegría. Es como si hubiera vencido junto a la otra persona.

Dios, por tanto, escucha incluso cuando... no escucha.

En él, la falta de escucha es ya una manera de atender. Retrasando su escucha, Dios hace que nuestro deseo crezca, que el objeto de nuestra oración se eleve; que de lo material pasemos a lo espiritual, de lo temporal a lo eterno, de los pequeño a lo grande. De este modo, puede darnos mucho más de lo que le habíamos pedido en un primer momento.

María recibió también esa forma de contestar de Jesús. El escenario era las bodas en Caná de Galilea. Y la respuesta de Jesús, … “Mujer, qué tengo yo que ver con esto, aún no ha llegado mi hora”. Pero la respuesta de María supera cualquier limitación humana: “ Haced lo que él os diga”.

La fe es grande y fuerte; la fe es perseverante, …. Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá, … pero ante todo pidamos, busquemos y llamemos a Dios Padre para que se cumpla su voluntad, … que siempre es salvadora, cercana, …