Hoy llegamos al final de estos días de oración y celebración parroquial en torno a la Virgen María , en la querida advocación de Santa María de Guadalupe. Estos días nos hemos servido para nuestra reflexión de algunos encuentros de Jesús con las mujeres de su tiempo y nos hemos encontrado con ciertos detalles para descubrir el rostro de Dios revelado en su Hijo.
Comenzábamos estos días con la mujer samaritana que recibe con sorpresa el don de Dios en el agua de la Vida ; la mujer enferma que pasa del dolor a la fortaleza del encuentro con la salud; la mujer viuda que entregó cuanto tenía para vivir y ya sólo viviría de la fe en Dios, su auténtica riqueza; Marta y María y la afectividad en la escucha y el seguimiento; la mujer pecadora y el lenguaje de la compasión y la reconciliación; y la mujer cananea que recoge las migajas de la fe y acepta la escucha de Dios en la aparente sordera de Jesús, …
Es gratificante leer estas páginas para buscar en ellas los detalles de estos encuentros, … provocados por Jesús o provocados por los demás, … pero que siempre terminan siendo voz de un evangelio como buena noticia en la vida de estas personas.
Pero falta una mujer clave, … María Magdalena, … la mujer de la que Jesús expulsó varios demonios, …
Jn 20,11-18: de la tristeza exterior al reconocimiento de la esperanza.
Desde el primer encuentro con Jesús, esta mujer empezó a ser una mujer nueva, reconciliada con su situación, …y seguidora de Jesús. Magdala, su pueblo natal, está muy cerca de Cafarnaúm y es uno de esos pueblos cercanos al lago de Galilea. Desde aquella realidad, y aquel encuentro ella sigue a Jesús y descubre en él una nueva forma de creer, de mirar la realidad, de sentirse querida y amada, con la actitud de la escucha de un mensaje cargado de novedad, … y creer en los planes de Dios para el hombre.
Llega con Jesús a la ciudad de Jerusalén, acompañada de otras mujeres, entre ellas María. Y en el lugar en el que espera que Jesús pudiera ser coronado rey, se encuentra con la tragedia de la muerte de su Señor.
Aquel hombre cargado de vida, de razones para amar de verdad, de aquel Mesías esperado, de un reino nuevo muy especial, …. Aquel hombre muere crucificado y es enterrado, … en principio fin de esta historia.
Esta mujer se queda sin razones, sin esperanzas, … sin vida abundante, … su dolor, sus lágrimas no la dejan ver otra realidad que a su señor crucificado y muerto. Y encima el cadáver ha desaparecido, … quizás nada pueda ya ser peor, … pero es la mujer, que en su desesperanza, sigue en la búsqueda, … “dime donde lo has puesto y yo iré a recogerlo”.
Necesita la presencia, la experiencia del Resucitado, … “soy yo”, … le reconoce, le ama, y se siente enviada, …. “Ve a mis hermanos y diles …”. Es la testigo de la resurrección, de la mirada que no se queda en las lágrimas y el dolor, de la buscadora de razones para seguir buscando y creyendo, … es la mujer transfigurada con la blancura de la fe, de la reconciliación y el perdón a la mujer buscadora de esperanza en medio de la desesperanza.
Acudamos a Santa María de Guadalupe en los momentos de nuestra vida y pidamos para que nunca nos falte la oportunidad de encontrarnos con el rostro de Jesús para ser, como María Magdalena, testigos y sembradores de esperanza.