TESTIGOS DE LA ALEGRÍA
Lugar del nacimiento de Juan el Bautista |
La
figura de Juan el Bautista es clave en este itinerario del Adviento. En él y en
su enseñanza encontró el pueblo de Israel razones para seguir confiando en la
promesa de Dios. Levantó una gran expectación entre aquellos que le escuchaban,
y algunos le plantearon preguntas claves sobre su identidad. Y él respondía con
claridad: ¡ yo no soy el Mesías, ni Elías,
ni el profeta! … sólo soy la voz que anuncia al que viene.
Juan
no es la Palabra ,
ni el Mesías, … es sencillamente la
Voz , el Precursor, aquel que en un momento determinado pasará
a un segundo plano, pero habrá llamado a muchos a la esperanza en sus vidas, e
indicar a otros a quién tenían que seguir. Él fue capaz de despertar la fe en
los que le seguían y de contagiarla de verdad. Juan es un convencido de lo que
ve y de lo que cree.
Hoy
se necesitan testigos de fe sin darse importancia; sabiendo pasar a un segundo
plano; animando razones para la alegría y para la esperanza; testigos que
viviendo de manera convencida y comprometida quieren ser voz del evangelio. Estos
testigos son palabras de Dios y allanan el camino de la fe para otros que
desean creer.
Lago de Tiberiades |
Así,
de esta forma, un grupo de personas conocieron a Jesús y vivieron junto a Él. Escuchaban
sus palabras y compartieron los signos del Reino de Dios. Algunas dudas quedaron
aclaradas y otras muchas preguntas encontrarían respuestas en las palabras de
Jesús. Todo en su vida hablaba de la cercanía del Dios que ama y siente compasión
por la humanidad, especialmente en los más pobres y pequeños. Un Dios, que en
su Hijo, invita a acercarse a Él, a no tener miedo, a dejarse abrazar por Él o
ser llevado al encuentro con la fe cuando se está en la cuneta de la vida; a
sentir su misericordia y su compasión y ser, en medio de esta vida, samaritano
de los demás.
Tras
la resurrección de Jesús ellos son enviados a transmitir su experiencia de fe y
de vida. En sus palabras, en sus acciones transmitían la alegría de la fe, el
encu entro con el Dios de sus vidas.
Río Jordán |
En
la Iglesia ,
en nuestras comunidades parroquiales, necesitamos estos testigos de la fe. Ellos
son capaces de transmitir el encuentro con Cristo que viene a renovar su
presencia y su amor en nuestra historia, con sencillez, con humildad, en los
quehaceres cotidianos y con mucha alegría.
Con
Juan el Bautista, este adviento nos llama a todos a despertar y espabilar esta
vocación tan necesaria en la
Iglesia.