Y LLEGÓ SAN JOSÉ
Queridos feligreses y amigos:
Antes que nada permitidme que felicite a todos los padres
de familia y a los que lleváis el nombre de José. En esta celebración de
vuestra onomástica tan especial desearos fuerza, ánimo y sabiduría para vivir
especialmente la paternidad como un regalo y un don de Dios. La adversidad del
momento se convierte hoy en oportunidad para vivir la cercanía y el calor del
hogar con vuestros hijos. ¡Disfrutad este día como único!
Bueno, ¿cómo lo lleváis?. Deseo que con toda la paz
posible pero con el ánimo fuerte para vencer a la adversidad, y aprender de
esta situación para situarnos en medio de la vida con opciones claras de
entrega, de aceptación de la dificultad, de superación, de vivir con menos para
que algunos vivan con un poco más, de dar valor a lo que realmente lo tiene
poniendo en el centro a las personas, de vivir la fe en tiempos difíciles, de
aprender de los pequeños de la casa, valorar a los que nos dieron todo
sencillamente por amor, … cada uno puede poner aquí lo que desee y, si os
parece bien, dejarlo descansar en las manos del Padre. Él nos escucha y siempre
es fiel.
Y en medio de esta Cuaresma llegó la festividad de San
José. Por favor, hoy no se nos puede escapar a nadie rezar por nuestros padres.
Los abrazamos y les damos un beso si los tenemos al lado. Si no están junto a
nosotros hay que llamarlos y que nos sientan mas cerca que nunca; y poner el
abrazo en el cielo a los que están junto a Dios. Vamos a ser agradecidos con ellos … nos han dado y nos dan
tanto de forma gratuita.

Supo preocuparse de los demás porque era un hombre
sencillo, nada complicado. Con sus dudas como cualquiera pero con un corazón
que amaba y confiaba tanto en Dios como en María. Tenía una fe que le llevó a
ocuparse de los demás, dando la vida, con generosidad. Supo descubrir que es
importante dar pero es más necesario darse por completo. Buscó el sentido de su
vida y lo encontró. Desde este momento ya no se guarda nada para sí mismo sino
que todo es entrega y donación.
Hoy nos enseña a vivir y aceptar la dificultad como un
reto de superación, tanto personal como comunitario, y vivir los planes de Dios
en medio de nuestra vida, siendo orantes en lo cotidiano y buenos ciudadanos en
lo ordinario y familiar de cada día. Nos llama el servicio gratuito y fiel
hacia los demás, los nuestros y los prójimos de cada día.
Tengamos un recuerdo muy especial por el Seminario de
Badajoz; por nuestros seminaristas y sus formadores. Y recemos para que el buen
Padre, si es su voluntad, anime y suscite nuevas vocaciones al servicio
ministerial. Los sacerdotes hoy recordamos la que ha sido nuestra casa durante
tantos años, nuestro san Atón querido, y nos gustaría volver a verlo vibrar con
el bullicio y la vida de nuestros años allí. Agradecemos cuanto recibimos y nos
hizo llegar al ministerio; y oramos para que la llama de la fe se fortalezca en
nuestras comunidades parroquiales con nuevas vocaciones. Recemos de verdad y de
corazón por esta intención.
Feliz día, … un día menos para el abrazo deseado.
Mientras tanto, nos quedamos en casita y somos obedientes en lo que nos piden. Mi
abrazo simbólico y mi oración por todos.