LA GRATUIDAD
MULTIPLICA LO MÁS PEQUEÑO
Queridos feligreses
y amigos:
De nuevo otro día
ante nosotros. Hoy ya es viernes y seguramente estaríamos muy ocupados en este
último fin de semana del mes de abril. En plena primavera estarían las
celebraciones de bodas, primeras comuniones o bautizos, estar en el campo que
muestra sus mejores galas en este tiempo, pasear acompañados, poder estar en
una terraza tomando algo y conversando, … ¡todo llegará!, ahora nos toca ser
responsables y aprovechar esta situación para crecer como personas y como
cristianos.
La liturgia de hoy nos
presenta un texto apasionante: el relato de la multiplicación de los panes y
los peces en el evangelio de San Juan (Jn 6, 1-15). Me viene a la memoria la
anécdota de un gran amigo mío que, cuando escucha este pasaje, siempre dice con
buen sentido del humor que Jesús fue el que se inventó “la feria de la tapa”,
por ser capaz de repartir cinco panes y un par de peces entre la gran multitud
que se había congregado en torno a Él. Me trae buenos recuerdos, y algún
momento de nervios, al leer este evangelio en la celebración dominical cuando
él se encuentra presente. ¡Peligro, puede haber risa incontrolable!
Pero lo cierto es
que es un evangelio precioso. San Juan refleja la experiencia de una comunidad
iniciada en la fe que descubre el seguimiento de Jesús en la vida por su
enseñanza y por los signos que realizó; y este gozó de mucha importancia entre
todos los seguidores de Jesús.
Pero a Dios se le
predica mejor con el estómago lleno que vacío. Jesús observa el hambre de
aquellos que habían acudido a escucharle. Necesitan comer y hay que hacer algo
por ellos. Jesús está inmerso en aquella realidad que le rodea. Los ama y los
atiende en todas las facetas de sus vidas. Observa una necesidad básica:
¡tienen que comer o se desvanecerán en la vuelta a sus casas! Felipe es el
primero que le hace ver que no tienen dinero: no pueden comprar pan para
tantos. Jesús lo sabe.
Andrés observa una
pequeñez que tiene un joven: cinco panes y dos peces, pero ¿qué es eso para
tantos? Jesús les va a ayudar a descubrir un camino diferente: el de la
donación gratuita y el compromiso servicial con los más pobres. Pero antes que
nada, es necesario que nadie acapare lo suyo para sí mismo si hay otros que
pasan hambre. Sus discípulos tendrán que aprender a poner a disposición de los
hambrientos, de los demás, lo que tengan, aunque sólo sean “cinco panes de
cebada y un par de peces”. Sencillamente, lo gratuito se multiplica. Lo pequeño
es como la levadura que no se nota pero es necesaria para que fermente toda la
masa. Lo poco que uno pueda dar o hacer por el hermano hay que hacerlo. No se
puede guardar porque se apolilla y se pierde.
La actitud de Jesús
es la más sencilla y humana que podemos imaginar. En este día y ante esta
realidad de pandemia mundial, ¿quién nos va enseñar a nosotros a compartir si
antes no hemos escuchado a quienes nos necesitan? ¿quién nos va a liberar de
nuestra indiferencia si no atendemos la necesidad de quien tenemos al lado? ¿por
qué tanto criticar si no estamos dispuestos a ofrecer y arrimar el hombro? ¿se
producirá algún día ese "milagro" de la solidaridad real entre todos?
Tengamos los oídos
muy atentos en esta época. Hay muchas personas que nos van a necesitar o las
vamos a necesitar. Al compartir la Eucaristía salimos fortalecidos para
compartir también con los más pobres. Lo pequeño ofrecido gratuitamente siempre
se multiplica. Os doy un fuerte abrazo, muy virtual todavía y miles de
saludos a raudales.