PAN DE VIDA … VIDA
DEL MUNDO
Queridos feligreses y amigos:
Seguimos viviendo estos días con responsabilidad personal
para frenar el avance del virus. Continuamos recordando a todas las personas
que nos ayudan a tener una vida digna con lo necesario para vivir. Somos
agradecidos con los que están entregados a sanar a los enfermos en primera
linea. Y continuamos rezando a Dios Padre y poniendo en sus manos esta
situación para que inspire sabiduría a los médicos e investigadores y conceda
fortaleza a toda la humanidad, además de rezar por nuestros hermanos difuntos.
¡Feliz martes!
Un grupo grande, descrito como una multitud, han
compartido una comida gratuita y sorprendente con Jesús en la falda de aquel
monte cerca de las orillas del mar de Galilea. Comieron pan hasta saciarse. Tras
aquel acontecimiento siguen a Jesús y lo buscan por las cercanías de aquel lugar
hasta que lo encuentran. Las palabras de Jesús, leídas ayer, son duras: “me
buscáis no porque visteis signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros”. No oculta la verdad, sino que le da
ocasión para abrir un mensaje nuevo y educar sus vidas.
El evangelio de hoy arranca con una curiosidad (Jn
6,30-35): “¿qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra?”.
Han comido pan hasta saciar su hambre y ahora piden otro signo más. Buscan
repetición de gestos a pesar de lo visto y recibido. Y como pueblo de la
Alianza hacen recuerdo del maná en el desierto en tiempos de Moisés. Están
siendo duros para creer y abrir su corazón para dejarse sorprender por Dios.
Jesús sabe que el pan es lo primero. Sin alimento no hay
vida. Hay que trabajar para poder vivir con dignidad. Es más, hay que trabajar
para que a nade le falte lo necesario para vivir. En su ministerio público se
preocupó de los hambrientos y los que pasaban por la mendicidad. Siempre le
preocupó la situación de los más pobres y débiles e hizo opción de vida por
ellos. En la misma oración del Padrenuestro nos enseñó a pedir el pan de cada
día. Hay que vivir trabajando porque a nadie le falte el pan de cada día; o lo
que es lo mismo, todo lo necesario para vivir con dignidad. Como decíamos
ayer,nadie puede vivir sin los bienes de justicia: alimento, vivienda, trabajo,
sanidad, educación, …

En toda persona de buen corazón hay un hambre de justicia
para toda la humanidad y especialmente para los que son olvidados. En lugares
de opresión hay un hambre de libertad y de paz. En ambientes donde reina la ambigüedad
existe un hambre de verdad. Jesús sabe estas necesidades y anhelos en el
corazón humano porque Él mismo las tuvo que sufrir y mostrar un camino
diferente para vivir los valores del reino de Dios. Pero hoy, Jesús se presenta
como ese Pan que nos viene del Padre, no para hartarnos de comida sino "para
dar vida al mundo".

Desde nuestra fe vacilante le pedimos a Jesús lo mismo
que le pidieron aquellas personas de Cafarnaún: "Señor, danos siempre de ese
pan". El amor de Dios que se sirve, se entrega y se comparte para
que vivamos. Que tengamos un día feliz. Y os mando, virtualmente, un fuerte
abrazo.