sábado, 16 de mayo de 2020


GENERAR ENTRE TODOS LA CULTURA DEL EVANGELIO

Queridos feligreses y amigos:
¡Feliz sábado! Nos adentramos en otro fin de semana, ya en fase 1, pero con el estado de alarma aún en vigor. Esto significa que tenemos que cuidar y cuidarnos más que nunca. Hoy hace buen día y nos gustaría pasear o estar con familiares directos y me parece muy bien, pero tenemos que cuidar las normas de distanciamiento y usar la mascarilla. De verdad, en mi humilde opinión, creo que no lo estamos haciendo bien del todo. Nos hacemos una llamada: ¡me cuidas cuidándote a ti!.

Esta mañana del sábado ha sido especial. Caminaba hacia el Convento de las Hermanas Concepcionistas para celebrar la misa a las nueve y por el camino daba gracias a Dios por volver a una “casi normalidad”. Haciendo cuentas han pasado ocho sábados sin celebrar a esta hora con las puertas abiertas. En Magacela aprendí un dicho popular que decía que “no pasan los años, pasan las personas”. ¡Es verdad! Tantos sábados en los que he echado de menos a muchas personas y a los que en estos días volveré a ver tras este tiempo de confinamiento; y rezo de verdad y de corazón, desde la tristeza aunque con esperanza, por los que ya no volveré a ver, aunque se que están para siempre con Dios Padre. Hoy también los recordaba a ellos especialmente.

Seguir a Jesús es la fuente de la alegría y del sentido profundo de la vida para cualquier cristiano. Da fortaleza a nuestro ser y ensancha el corazón para la acogida. Pero también lleva sus complicaciones. Diremos que como todo en la vida: cuando se toma opción por algo se dejan otras cosas; así lo presenta hoy el evangelio de San Juan  (Jn 15,18-21).  Jesús y el evangelio tienen valores y formas de vivir que chocan con otros muchos que nos ofrecen; y que llegan a nuestra vida por diferentes medios: son los llamados criterios del mundo según el evangelio y que intentan suplantar los valores evangélicos.

Nosotros vivimos en este mundo y en esta realidad a la que tenemos que servir desde nuestras opciones cristianas. Recibiremos llamadas a tener más y a conseguirlo a costa de lo que haga falta; nos exigirán ser los primeros en todo; que predominen tus criterios frente a otras formas de pensar; conseguir tus propósitos sin importar quien se quede en la cuneta, … pero sencillamente son llamadas y tenemos libertad de opción y de elección.

Por eso hay que tomar opción y el seguimiento de Jesús nos va a llevar por otros caminos en muchos casos diferentes a los que somos invitados. Nos pedirá que miremos nuestra vida e intentemos ser más y mejores personas; que aceptemos otras formas de ver la vida y trabajemos codo con codo con aquellas personas que trabajan por la paz y la dignidad de todo ser humano; seremos llamados a poner a la persona en el centro de cualquier decisión, incluso por delante de tus preferencias; asentar tu vida en la verdad y vivir para ser más libres; … y podemos seguir enumerando valores y actitudes que brotan del ser de Jesús.

Hoy que han caído tantos referentes, no podemos dar la espalda a los referentes cristianos, que son los de Jesús de Nazareth y situarlos en el centro de nuestro ser. Nos podrán mirar mal en algunos momentos, o no prestar ninguna atención; incluso ser rechazados por optar por los valores del evangelio. Nadie dijo que tenía que ser fácil. Pero nuestra vida tendrá felicidad por responder agradecidamente al don de la fe que Dios nos ha dado como un regalo de su presencia y de su amor.

Y sembrar esta cultura del reino de Dios con nuestro modo de ser, de estar, ofreciendo opciones de vida cristiana y trabajando con los demás, creyentes o no, para llenar este mundo de verdaderas relaciones humanas, sociales, políticas, religiosas, económicas que opten por servir al bien de todo ser humano; y sembremos una humanidad que quiere crecer en el sentido de la pertenencia y de la fraternidad.

Hoy sábado acudamos a la Virgen María, madre y modelo de una humanidad que quiere vivir en la acogida y en la fraternidad. Mis bendiciones y un virtual abrazo para todos.