viernes, 15 de mayo de 2020


LA NECESIDAD Y LA APUESTA POR EL MUNDO RURAL

Queridos feligreses y amigos:
He oído desde mi casa cohetes y me han alegrado la mañana. Hoy es la fiesta de San Isidro Labrador, día muy importante para nuestros agricultores y ganaderos y para la Cooperativa de nuestra ciudad. Este año no podremos estar en la Ermita de la Aurora celebrando la Eucaristía y la sencilla procesión con la Imagen de San Isidro, pero los recordamos; y les agradecemos la labor tan grande que realizan con la tierra y los ganados para que den fruto abundante. En este tiempo de Pandemia nos hemos acordado de ellos porque siempre hemos tenido lo necesario para vivir, y ellos han estado trabajando día a día. Recemos por ellos y que San Isidro los proteja.

Es el Día del Mundo Rural, día para agradecer que existe y que hay que cuidarlo y ayudarlo. Hay movimientos de Acción Católica en la Iglesia, como son el Movimiento Rural Cristiano y el Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos, que han hecho opción por esta realidad y nos invitan hoy a valorar la vida, las costumbres y tradiciones de nuestros pueblos; Extremadura es rural. En el fondo, aquí en Villanueva de la Serena, aunque sea una ciudad, vivimos en gran parte por el sector agrícola, y nuestras tradiciones son de un sabor popular que nos lleva de la mano a valorar la vida en nuestros pueblos.

Me han llegado esta mañana algunos vídeos de estos movimientos sobre la Campaña del Día Rural. Un día para valorar y contemplar la creación, de forma agradecida, y para descubrir cuanto de camino de regreso tenemos que emprender a modos de vida más sostenibles y humanos. Me hago eco de algunas de sus llamadas: El virus que nos amenaza ha encontrado a su gran aliado en las grandes ciudades, y ahora con todos en casa se ha regenerado el aire y ha bajado la contaminación; si se abandonan los pueblos se pierde una forma sostenible de vida y lo pagamos todos: si la tierra no se cultiva, aparece la desertización y el abandono, desaparecen especies vegetales y animales y todo el alimento llegará de fuera con más gastos y menos control sanitario; desaparecen cultivos sostenibles y llegan las grandes multinacionales para producir mucho en poco tiempo abandonando el cuidado de la tierra; sin pueblos mueren formas culturales y formas de vida, y no quedará ni un bonito paisaje que contemplar.

Tenemos que construir y valorar una humanidad unida en un mismo plantea, la casa común, que trabaje por una sana ecología: reciclar y cuidar la naturaleza es cuidar la fraternidad y tener en cuenta las culturas locales; comprar a nuestros agricultores porque creemos en el kilómetro cero; favorecer la vida en los pueblos beneficia al planeta. Se necesita un mejor apoyo a la agricultura y a la ganadería; potenciar un mercado de protección y no de pobreza para productores y trabajadores, y de riqueza para intermediarios y comerciales.

Puede ser un día, a la misma vez, para revisar en nosotros aquello que llamamos necesidades, y animar nuestro modelo de vida al servicio del bien común en el que se incluye la creación y las relaciones de vida que hemos de establecer con ella y entre nosotros. Nuestros pueblos son necesarios; los necesitamos.

El evangelio de hoy (Jn 15, 12-17) nos sigue sumergiendo en el amor y la amistad de Jesús. Nos llama amigos, no quiere siervos, y nos invita a permanecer en ese amor porque, por pura gratuidad, hemos sido elegidos por Él. Si permanecemos en Él podemos fructificar; todos los frutos requieren paciencia, un tiempo determinado, empeño, trabajo, confianza, ritmo amoroso como el que Dios tiene con nosotros, como el que necesita el sembrador y la semilla para crecer. Nos invita al respeto y a valorar los pequeños detalles, los pequeños pasos en la vida. A ser personas de esperanza en lo cotidiano de cada día.

Anoche rezamos con el Papa Francisco y con las demás religiones monoteístas por el fin de este tiempo de pandemia. Hoy ponemos a la Virgen María en nuestra oración para que nos socorra en las dificultades; y que San Isidro Labrador acompañe nuestras opciones por una tierra trabajada y cuidada con mimo, sabiduría y buen hacer en beneficio de un planeta más sano, humano, sostenible y habitable.

¡Feliz día! Nos acercamos al fin de semana. ¡Prudencia y responsabilidad! Es tarea de todos. Un deseado abrazo y mis bendiciones.