LA NECESIDAD Y LA
APUESTA POR EL MUNDO RURAL
Queridos feligreses y amigos:
He oído desde mi casa cohetes y me han alegrado la
mañana. Hoy es la fiesta de San Isidro Labrador, día muy importante para
nuestros agricultores y ganaderos y para la Cooperativa de nuestra ciudad. Este
año no podremos estar en la Ermita de la Aurora celebrando la Eucaristía y la
sencilla procesión con la Imagen de San Isidro, pero los recordamos; y les
agradecemos la labor tan grande que realizan con la tierra y los ganados para
que den fruto abundante. En este tiempo de Pandemia nos hemos acordado de ellos
porque siempre hemos tenido lo necesario para vivir, y ellos han estado
trabajando día a día. Recemos por ellos y que San Isidro los proteja.
Es el Día del Mundo Rural, día para agradecer que existe
y que hay que cuidarlo y ayudarlo. Hay movimientos de Acción Católica en la
Iglesia, como son el Movimiento Rural Cristiano y el Movimiento de Jóvenes
Rurales Cristianos, que han hecho opción por esta realidad y nos invitan hoy a
valorar la vida, las costumbres y tradiciones de nuestros pueblos; Extremadura
es rural. En el fondo, aquí en Villanueva de la Serena, aunque sea una ciudad,
vivimos en gran parte por el sector agrícola, y nuestras tradiciones son de un
sabor popular que nos lleva de la mano a valorar la vida en nuestros pueblos.
Me han llegado esta mañana algunos vídeos de estos movimientos
sobre la Campaña del Día Rural. Un día para valorar y contemplar la creación, de forma agradecida, y para descubrir cuanto de camino de regreso tenemos que
emprender a modos de vida más sostenibles y humanos. Me hago eco de algunas de
sus llamadas: El virus que nos amenaza ha encontrado a su gran aliado en las
grandes ciudades, y ahora con todos en casa se ha regenerado el aire y ha bajado
la contaminación; si se abandonan los pueblos se pierde una forma sostenible de
vida y lo pagamos todos: si la tierra no se cultiva, aparece la desertización y
el abandono, desaparecen especies vegetales y animales y todo el alimento llegará de fuera con más gastos y menos control sanitario; desaparecen cultivos
sostenibles y llegan las grandes multinacionales para producir mucho en poco
tiempo abandonando el cuidado de la tierra; sin pueblos mueren formas
culturales y formas de vida, y no quedará ni un bonito paisaje que contemplar.
Tenemos que construir y valorar una humanidad unida en un
mismo plantea, la casa común, que trabaje por una sana ecología: reciclar y
cuidar la naturaleza es cuidar la fraternidad y tener en cuenta las culturas
locales; comprar a nuestros agricultores porque creemos en el kilómetro cero; favorecer
la vida en los pueblos beneficia al planeta. Se necesita un mejor apoyo a la
agricultura y a la ganadería; potenciar un mercado de protección y no de pobreza
para productores y trabajadores, y de riqueza para intermediarios y
comerciales.

El evangelio de hoy (Jn
15, 12-17) nos sigue sumergiendo en el amor y la amistad de Jesús. Nos llama
amigos, no quiere siervos, y nos invita a permanecer en ese amor porque, por
pura gratuidad, hemos sido elegidos por Él. Si permanecemos en Él podemos fructificar;
todos los frutos requieren paciencia, un tiempo determinado, empeño, trabajo, confianza, ritmo amoroso como el que Dios tiene con nosotros, como el
que necesita el sembrador y la semilla para crecer. Nos invita al respeto y a
valorar los pequeños detalles, los pequeños pasos en la vida. A ser personas de
esperanza en lo cotidiano de cada día.

¡Feliz día! Nos acercamos al fin de semana. ¡Prudencia y
responsabilidad! Es tarea de todos. Un deseado abrazo y mis bendiciones.