sábado, 2 de mayo de 2020


JUNTO  AL DOLOR, UNA SANTA CRUZ GLORIOSA Y BENDITA

Queridos feligreses y amigos:
Hoy es un sábado muy especial; primer sábado del mes de mayo en el que de forma especial recordamos y celebramos la memoria de la Virgen María. Ella, nuestra Madre, la Flor de las flores de este mes, y se reúne con la comunidad apostólica, igual que con nosotros, para llevar la experiencia comunitaria de la fe al encuentro con el Resucitado.

Mis recuerdos, mi memoria, mis sentimientos y mi fe están hoy más que nunca en mi pueblo. Esta entrada en el Blog parroquial habla más de mí y de mi historia personal. Hoy, Don Álvaro, tenía que estar en su fiesta más importante de todo el año. Estaríamos a esta hora celebrando la Eucaristía de las Fiestas de la Santa Cruz después de ver y escuchar como los más jóvenes vivían una impresionante diana por las calles del pueblo, con las paradas obligatorias en las casas de la Reina y las Damas, además de la casa del Alcalde, para desayunar tras la primera noche de las fiestas; y terminar esta diana en la casa de los Mayordomos. Se abren estos días con el repique de campanas y disparo de infinidad de cohetes. Por la tarde, el pasacalle amenizado por la charanga y acompañado por autoridades, la Reina y las Damas de Honor, además de los Mayordomos y jurados (-así se llama a los que prestan su servicio y ayuda gratuitos en estos días para que todo esté organizado y muy bien-) invitando a la fiesta a toda la población.


Tras este inicio nos reunimos en el espacio construido por los hermanos de la Santa Cruz que es para todos nosotros un signo de identidad y de pertenencia. Tiene lugar el Pregón de Fiestas; vamos a tener que esperar un año para escuchar con emoción a nuestro amigo Juan Milanés, ¡Qué bien lo realizará, cargado de sentimiento y de vida!. Del Pregón a los fuegos artificiales con dulces; y nuestra querida tómbola y ya a cenar porque comienza la noche de música y baile. Hoy sería el día grande, con la Celebración de la Solemne Eucaristía, con previo traslado de la Santa Cruz por uno de los pequeños de la casa, y la posterior procesión acompañándola por las calles de mi pueblo. Son  obligatorias las paradas en las casas de los más mayores o de los enfermos. Momentos de vida rural compartida, de vida sana y en paz, de celebración que te sumerge en la devoción popular que nos identifica a todos; momentos de familia inolvidables, de amigos para siempre, de fe encarnada en la raíces de un pequeño pueblo. Y llega el momento de la subasta en la puerta de la casa de los mayordomos. Aquí hay estampas que se sellan a fuego en la memoria y en el corazón de todos. Se habla, se baila, nos ofrecen comida y bebida, se pujan los palos y bandera y estandarte, se ríe, se llora de emoción, … todos felices en la casa de los Mayordomos que durante un tiempo prolongado es la Casa de la Santa Cruz y, por lo tanto, es la casa de todos. Y así continúan las fiestas más días, según calendario, con bailes, matiné, algunas actuaciones, fútbol, juegos para niños, ….

¡Este año es todo diferente!, y además, será inolvidable. Tenemos la sensación de que nos falta celebrar lo más importante en nuestras vidas y, aunque lo queremos vestir con la mejor cara posible, nos falta estar juntos y se impone la realidad del confinamiento en nuestros hogares. Por las redes sociales nos damos ánimos, colgamos vídeos y fotos de otros años, escuchamos el repique de campanas y los cohetes, la charanga y las orquestas, la misa y la procesión, … es verdad que ayuda, pero no estamos de fiesta, estrenando traje o corbata. Hoy la cervecita o el posible cubata no saben igual, nos falta saborearlo al ritmo de la vida compartida. Vamos a recordar mucho este año 2020. ¿Cómo aprieta y duele?

Para mí esta siendo duro y con sentimientos encontrados. Miro al cielo y me encuentro a mi primo Alfonso con el que tan bien me lo he pasado siempre en estas fiestas; miro su vida y me siento agraciado y agradecido por cuanto viví junto a él; lo echo muchísimo de menos y sale constantemente en mi memoria porque las personas queridas siempre están con nosotros. Creo que vive una Santa Cruz gloriosa y bendita con Jesucristo en el cielo; con el que la llevó por cada uno de nosotros y ahora Alfonso la recibe llena de flores, resucitada y con vida plenificada para siempre. Aún dolorido por esta repentina muerte, y queriendo poder celebrar su vida con todos vosotros cuando cambie esta realidad. Pero miro a la tierra y me encuentro con el sentimiento y el dolor de Juani, su mujer. Necesitamos encontrarnos todos y decir lo que sentimos, abrazar el dolor para llenarlo de esperanza, rezar comunitariamente para que se sanen estas heridas, … Estoy convencido de que Dios Padre nos lo concederá y la Santa Cruz bendita y gloriosa será nuestra guía.

Recuerdo también a Isabel, esposa y madre de familia numerosa, trabajadora, sencilla y fiel a todos los suyos. Se entregó en su hogar y fue acompañada por todos sus hijos hasta el final; ¡pero qué final!, … ninguno pudo estar junto a ella ni en la misma despedida. También lo celebraremos juntos y los acompañaremos. No olvido a Ana Mari que, en soledad y en Madrid, no pudo estar cerca y despedir a Jesús, su marido, por esta realidad de confinamiento. También he rezado por ella y por su esposo. Para todos he pedido fortaleza y fe, luz en el camino diario, y mucha esperanza en el amor y la vida compartida. ¡Somos en la medida que amamos y somos amados!

¡Hoy es diferente, distinto, extraño! Pero la Santa Cruz está en la casa de Valentín y de Inma, ¡cuánto me estoy acordando de ellos! Preside la mesa de su comedor. En el corazón de los Mayordomos y de sus hijos, Lucía y Valentín, estamos todos recogidos. En los buenos días a la Santa Cruz o en las buenas noches que ellos le dirijan están prendidos nuestros saludos. Un trocito de esta Santa Cruz está más anclado en nuestras vidas que antes.  Y sacamos un compromiso: ayudar a los más pequeños y a los más jóvenes a dejarse contagiar por la profundidad y el significado de esta Fiesta de fe y de mucha esperanza. ¡Queridos Inma y Valentín, muchísimas gracias por vuestra disponibilidad y entrega! ¡Queridos jurados, sois únicos y os necesitamos! ¡Querido pueblo, desde el piso en el que vivo, más unido a vosotros! ¡Lo celebraremos cuando se pueda y será grande e inolvidable!

Un fuerte y deseado abrazo para todos, …